
Cuando el jefe eres tú... pero no del todo
Durante años, fuiste el alma del negocio. El que abría y cerraba, el que sabía cada rincón del restaurante, el que conocía a todos los clientes por su nombre.
Pero ahora ha cambiado algo:
Ya no eres solo el dueño. Tienes un fondo detrás.
Y aunque sigues liderando, sientes que hay algo que se ha desplazado dentro del ecosistema del poder:
👉 Ya no decides del todo.
👉 Ya no inspiras como antes.
👉 Ya no sientes la misma autoridad emocional sobre tu equipo.
Y lo peor: empiezas a notar que el liderazgo, lejos de sumar, se ha vuelto una carga.
Los valores han cambiado. Las exigencias aumentan.
Y sin darte cuenta, empiezas a reproducir conductas que nunca quisiste encarnar.
Este artículo es para ti, propietario o director que lidera con la presión de un jefe invisible (el fondo), con el miedo a no dar la talla, y con el cansancio acumulado de años sosteniéndolo todo.
Bienvenido al apocalipsis laboral: versión hostelería
En el mundo corporativo, se habla de “jefes tóxicos” como si fueran entidades externas.
Pero en la vida real, especialmente en hoteles y restaurantes, la toxicidad no siempre viene con traje y corbata.
A veces, la toxicidad se cuela en los pasillos, en los briefings, en las miradas incómodas o en los silencios de los equipos.
Y cuando trabajas con la presión de rendir cuentas a inversores, mantener la excelencia operativa, fidelizar clientes y retener talento…
el liderazgo puede volverse una trampa emocional.
Los 5 jinetes del apocalipsis laboral
Vamos a llamar así a las cinco formas de liderazgo tóxico más comunes en nuestro sector.
Porque no hay que tener mala intención para ser un jefe que contamina el entorno.
A veces basta con estar estresado, desconectado o sobrepasado.
Y eso, en hostelería… es casi el uniforme de cada día.
1. El Controlador
No confía en nadie. Todo pasa por él. Tiene miedo de que el equipo “la líe” o que el fondo “le llame la atención”.
Revisa cada decisión, cada ticket, cada KPI.
Y cuando alguien propone algo nuevo, su respuesta automática es:
“Ya lo hemos probado antes.”
Consecuencias:
Mata la iniciativa.
Crea equipos pasivos.
Se agota él… y agota a todos.
🤔 Pregunta de reflexión 1:
¿Estás controlando por necesidad… o por miedo a perder autoridad?
2. El Innovador en Serie
Parece creativo, pero en realidad está huyendo del vacío.
Cada semana tiene una nueva idea, un nuevo concepto, una nueva campaña.
Nunca aterriza nada. Nunca consolida.
Su frase favorita:
“Vamos a probar esto un mes, luego vemos.”
Consecuencias:
Genera ansiedad operativa.
El equipo no sabe qué es prioritario.
El cliente percibe inconsistencia.
3. El que Tiene Favoritos
No lo admite, pero siempre hay “los de confianza”.
Esos a los que se les perdona todo, se les da más margen o se les escucha más.
Y eso corrompe la cultura desde dentro.
Consecuencias:
Fractura interna en el equipo.
Meritocracia herida.
Talento bueno que se va en silencio.
4. El Indeciso
Tiene miedo de tomar decisiones impopulares.
Es el típico líder que dice:
“Voy a pensarlo…” pero en realidad lo está evitando.
El fondo pide datos. El equipo pide respuestas. Él… no responde.
Consecuencias:
Paraliza la acción.
Genera incertidumbre.
Desgasta emocionalmente a todos.
🤔 Pregunta de reflexión 2:
¿Estás evitando decidir por no tener a quién responsabilizar si sale mal?
5. El Ladrón de Ideas
Este es el que, bajo presión de “mostrar resultados al fondo”, empieza a apropiarse del trabajo de otros.
Se presenta como visionario, pero en realidad, está recopilando el esfuerzo ajeno como propio.
Consecuencias:
Corta la creatividad.
El equipo deja de aportar.
La confianza muere.
¿Y si el jefe tóxico... no eres tú?
En hostelería moderna, el concepto de “jefe” se ha difuminado.
A veces es el director operativo, a veces el chef ejecutivo, a veces el fondo que manda correos sin conocer al equipo.
Y en esa confusión de poder, muchas veces nadie lidera de verdad.
O peor aún: el liderazgo está desmembrado.
Y los jinetes del apocalipsis cabalgan tranquilos por la sala.
Cómo sobrevivir si tú lideras, pero ya no decides del todo
Cuando el jefe real es un fondo que no ves, pero sientes…
Cuando tu margen de maniobra es mínimo…
Cuando ya no lideras por propósito sino por presión…
empieza el verdadero desafío.
Aquí van acciones reales para reconectar con el liderazgo sano:
1. Reconoce el miedo (sí, ese miedo)
Miedo a no dar la talla.
Miedo a que el fondo te reemplace.
Miedo a que los buenos se vayan.
Nombrarlo es el primer paso para no actuar desde él.
2. Haz limpieza emocional
¿A qué estás diciendo que sí por miedo a discutir?
¿Qué tarea haces tú que ya podría hacer otro?
¿Con quién necesitas tener una conversación incómoda?
Haz esta lista. Escríbela. Actúa sobre una cosa esta semana.
🤔 Pregunta de reflexión 3:
¿A qué parte de tu liderazgo estás traicionando en nombre del crecimiento del negocio?
3. Redefine qué significa “liderar” ahora
Antes, liderar era decidir todo.
Ahora, puede ser construir puentes, generar cultura, sostener el propósito.
Incluso si hay un fondo encima.
4. Crea un sistema de feedback horizontal
Haz que tu equipo pueda señalar los jinetes del apocalipsis sin miedo.
Que puedan decir: “Esto no está funcionando.”
Y que tú sepas qué hacer con esa información.
5. Defiende tu salud mental como parte del modelo de negocio
No hay margen operativo sin salud directiva.
Tu equilibrio emocional es parte del ROI.
Si tú estás bien, el equipo trabaja mejor.
El cliente lo nota.
El fondo, aunque no lo entienda, lo verá en los resultados.
🤔 Pregunta de reflexión 4:
¿Cuánto te cuesta seguir liderando con esta estructura… y cuánto más podrías dar si sintieras apoyo real?
Liderar en hostelería hoy es resistir con inteligencia
Este sector necesita líderes que no brillen desde el ego, sino que iluminen desde la coherencia.
Que puedan decir: “Sí, tengo presión de arriba, pero no la voy a descargar en mi equipo.”
Que se atrevan a parar, observar y reconstruir.
Que sepan cuándo están siendo los jinetes… y cuándo pueden desmontarlos.
🤔 Pregunta de reflexión 5:
¿Estás liderando con poder real… o solo sosteniendo un rol para que nadie note que tú también estás cansado?
Cierre
Este artículo no es una acusación.
Es un salvavidas. Un espejo. Una oportunidad para salir del modo automático y volver al centro.
Donde liderar no sea una carga.
Donde tener un fondo detrás no signifique traicionarte a ti mismo.
Donde ser jefe no sea sinónimo de ser temido… sino de ser digno de respeto.
Eva