
Welcome to A.I.land: donde todo lleva IA, hasta tu bocadillo
Corría el año 2000 y todo era Euro 2000. Copisterías, talleres, tiendas de golosinas. Si no eras Euro 2000, no eras nadie. Era moderno, era europeo, era futuro. Veinticinco años después, seguimos con la misma fiebre… pero ahora en versión digital: Inteligencia Artificial.
Hoy desayunas un café con leche y alguien te dice: “¿Sabías que este bar usa A.I. para predecir cuántos croissants necesita al día?” Seriously?
Vivimos en la era del “esto también tiene IA”. Apps con IA, calendarios con IA, tostadoras con IA. Si un producto no lleva la etiqueta mágica, parece que no vale. Es el nuevo “light” de los 90 o el “bio” de los 2010. Ahora todo es smart, powered by AI, auto-something.
Y sí, la calculadora también tenía inteligencia artificial. Google, desde hace años, predice lo que vas a escribir antes de que pienses. Pero eso no quedaba tan bien en una nota de prensa.
Lo más loco es que muchas veces la IA ni está. Solo es marketing con esteroides. Buzzword alert! Le ponemos IA a cualquier cosa y voilà: ya es futuro. Aunque haga lo mismo que antes, pero con una nube de promesas tecnológicas que no entiende ni quien la diseñó.
Think about it. ¿Vamos a renombrar los zumos naturales como Juice 5.0 con IA predictiva de antojos? ¿La abuela que teje suéteres ahora hace AI-powered knitwear?
Quizás sea hora de dejar de fliparnos.
¿Nos estamos dejando llevar por la moda o realmente entendemos lo que es la inteligencia artificial
¿Cuántas cosas que presumen de IA realmente la usan de forma útil?
¿Estamos viviendo el “Euro 2000” digital de nuestra generación?
Eva.
